miércoles, 30 de noviembre de 2011

NOTAS PASTORALES (II)

  1. Qué arraigado en la carne es el ministerio vivido como laboriosa y esforzada forja de una trayectoria personal, meticuloso modelado de una reputación. En tal caso cualquier ministerio cristiano es MI-nisterio, obra mía, y nada vale según los cánones del Reino (Jn.15,5). Frente a esa forma sutil de vanidad, procura no dejar huella en términos humanos; habita mejor en la sombra del anonimato gris. Si quieres ser canal de Dios, que sólo te ocupe que Él crezca y tú mengües (Jn.3,30).

  1. Principio de lucidez: “Estoy cansado de trabajar para Dios, deseo ver trabajar a Dios.”

  1. Ministerio de la palabra: una palabra relevante en Dios, centrada en Jesús, ungida por el Espíritu Santo. Una palabra que traiga consejo, exhortación, alivio o confrontación, pero que jamás resulte incolora, inodora, insípida. Otros pronunciarán palabras de elevada elocuencia pero la palabra que viene de lo Alto debe ser siempre tan sencilla como viva y eficaz, en la voluntad de Dios.

  1. Si Dios hubiera querido que lo hiciera otro, habría llamado a otro. Pero te ha llamado a ti a este ministerio que desempeñas; afírmate en Su llamado y ampárate en Sus recursos.

  1. Por un ministerio que no sea sólo estético, a base de gestos previsibles, huecos; que no consista en patéticas “sentidas palabras” sino en “demostración del Espíritu y de poder” (1ªCor.2,4).

  1. Ganar robustez en la espiritualidad personal, crecer en número como comunidad de creyentes, … y resistir la tentación de rentabilizar esas bendiciones espirituales en míseros términos de poder humano, que es carnal.

  1. Pastor, no abusarás de tu posición para ganar acceso a la intimidad de tus ovejas-mujeres; no se acercan a ti por tu supuesto encanto personal sino por tu función; no te ofrecen cercanía por ser el hombre que crees ser sino por el ministerio que demandan, el pastor que necesitan, una vasija que Dios usa para ayudarlas.

  1. Ministerio: entrar en la vasta corriente de Su voluntad y Su acción en el mundo para ser (una pequeña) parte de ella.

  1. ¡Dios nos libre del horror de trabajar con la gente pero tener el corazón lejos de las personas!

  1. Que tu compasión por todos y por todo sea siempre mayor que tu autocompasión.

Emmanuel Buch
Junio 2011
Publicado en Actualidad Evangélica