- Qué arraigado en la carne es el ministerio vivido como laboriosa y esforzada forja de una trayectoria personal, meticuloso modelado de una reputación. En tal caso cualquier ministerio cristiano es MI-nisterio, obra mía, y nada vale según los cánones del Reino (Jn.15,5). Frente a esa forma sutil de vanidad, procura no dejar huella en términos humanos; habita mejor en la sombra del anonimato gris. Si quieres ser canal de Dios, que sólo te ocupe que Él crezca y tú mengües (Jn.3,30).
- Principio de lucidez: “Estoy cansado de trabajar para Dios, deseo ver trabajar a Dios.”
- Ministerio de la palabra: una palabra relevante en Dios, centrada en Jesús, ungida por el Espíritu Santo. Una palabra que traiga consejo, exhortación, alivio o confrontación, pero que jamás resulte incolora, inodora, insípida. Otros pronunciarán palabras de elevada elocuencia pero la palabra que viene de lo Alto debe ser siempre tan sencilla como viva y eficaz, en la voluntad de Dios.
- Si Dios hubiera querido que lo hiciera otro, habría llamado a otro. Pero te ha llamado a ti a este ministerio que desempeñas; afírmate en Su llamado y ampárate en Sus recursos.
- Por un ministerio que no sea sólo estético, a base de gestos previsibles, huecos; que no consista en patéticas “sentidas palabras” sino en “demostración del Espíritu y de poder” (1ªCor.2,4).
- Ganar robustez en la espiritualidad personal, crecer en número como comunidad de creyentes, … y resistir la tentación de rentabilizar esas bendiciones espirituales en míseros términos de poder humano, que es carnal.
- Pastor, no abusarás de tu posición para ganar acceso a la intimidad de tus ovejas-mujeres; no se acercan a ti por tu supuesto encanto personal sino por tu función; no te ofrecen cercanía por ser el hombre que crees ser sino por el ministerio que demandan, el pastor que necesitan, una vasija que Dios usa para ayudarlas.
- Ministerio: entrar en la vasta corriente de Su voluntad y Su acción en el mundo para ser (una pequeña) parte de ella.
- ¡Dios nos libre del horror de trabajar con la gente pero tener el corazón lejos de las personas!
- Que tu compasión por todos y por todo sea siempre mayor que tu autocompasión.
Emmanuel Buch
Junio 2011
Publicado en Actualidad Evangélica